ánimas de luna nueva

Relato que forma parte de un proyecto con el que me reencuentro de vez en cuando, el cual digamos que ya tiene alma, pero al que le falta cuerpo, y al que espero algún día pueda bautizar en las playas que se entrelazan con el mar de esta historia.

Cuenta la leyenda que cada 100 noches de luna nueva, rezuma la bruma del corazón frondoso del monte. Las sombras de niebla se ciernen sobre el halo luminoso del Faro del Pescador, vistiendo de completa oscuridad el cuerpo rocoso del Buciero, dejando a su merced a incautos patrones de noche cerrada.

Ayer vi barcos destrozarse contra las rocas
anoche contemplé el mar devorar quillas
empeñones de rabia sobre la popa.
Renacieron las almas dormidas de Santoña
a recoger los cuerpos devueltos por las olas.

De las tumbas reviven aquellos que en su día fueron marineros, a alimentarse de las añoranzas de los que en aquella noche fallecieron. Recuperan lo salino, el salitre impregnado en la fatiga de sus compañeros.

Panteones de ancla quebrada
lápidas de timonel
de piel de plata
sepultados sus sueños en salmuera
de licores añejos
la oscura sangre de sus venas.

Cuenta la leyenda, que aquellas ánimas de luna nueva, salpican la memoria de quienes en la zozobra perecieron, de sus familias, amigos y recuerdos.

El mar cobró doblones de oro
de vida reposada
en los féretros del Dueso
a quienes cayeron en la trampa
nadie los echará de menos
para nadie nunca existieron.

Anoche te reconocí, abuelo
rescatando las almas
de gente que como tú
en el mar murieron.

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